Antoñico's world...es lo que tiene.

Teniendo en cuenta la sugerencia hecha por el jienense Raúl (auténtico admirador de Fernando Alonso) para el título de mi siguiente post, me gustaría repasar porqué un deporte tan espectacular como es el ciclismo está pasando estos últimos años un bache en cuanto a descenso de seguidores e importancia. La única prueba que se salva en estos momentos, hablando sólo de carreras de 3 semanas (las clásicas es otro mundo desconocido aquí en nuestro país), es el Tour de Francia y pare usted de contar.
El doping ha hecho y está haciendo mucho daño, las autoridades competentes persiguen a los ciclistas como si fuesen auténticos criminales y/o delincuentes. Todos sabemos que con un "cholec" y un "bollicao" un tío no es capaz de subir cinco o seis puertos de montaña de categoría especial en una etapa de tropecientos kilómetros...pero que no registren más en la basura comportándose como auténticos canallas intentando encontrar Epo y demás sustancias prohibidas.
Me gustaría que eso se investigara con tanta importancia en otros deportes, como por ejemplo el fútbol, pero claro eso no interesa a nadie (y si no que se lo pregunten a Gurpegui).

Otro tema a parte es el de las retransimiones televisivas, eligiendo un horario cada vez peor para poder ver el final de una etapa o el transcurso de la misma. No saben vender el producto que llevan entre manos, que aprendan de lo que ha hecho telecinco con la fórmula uno; menos mal que no queda el gran Perico para amenizarnos dichos comentarios. En la hora de la siesta vende más "Pasión de Aguiluchos" esa de antena 3 o cualquier otro culebrón de esos, que ver unos tipos dejándose todo en la carretera para poder ganar una mísera carrera. Qué mejor ejemplo que el de la última vuelta a españa, con un share que da risa y que no tenía ningún tipo de interés (no la he visto ni yo).

El único consuelo que me queda es la aparición de otra estrella española del ciclismo que engache otra vez al público, como hizo en su día el gran Miguelón. Y ese no es otro que Valverde, con el suficiente carisma y casta como para poner el Tour a sus pies.